Cuando anochecía
Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. (Mt 14.15-17)
El relato en donde encontramos estos versículos es mejor conocido por el milagro de la multiplicación de los panes y peces, pero es también uno de los marcos para otro de los momentos en que los discípulos se vieron desconcertados por el Maestro.
Todo el día habían estado con esta multitud, que la Biblia nos dice que eran cinco mil sin contar mujeres y niños, multitud que escuchaba las enseñanzas de Jesús ¡y nadie se iba!, al declinar el día, en el corazón de los discípulos surgió una preocupación por toda esta gente, preocupación genuina, el lugar estaba retirado de las aldeas y pueblos, aparentemente nadie había llevado comida excepto por un niño.
- Maestro despídelos, diles que se vayan está atardeciendo, estamos bastante retirados y no hay comida, además son tantos - Y aquí viene el desafío desconcertante: -No es necesario que se vayan; denles ustedes de comer-
¿Se imaginan ese momento? Casi puedo escuchar a los discípulos pensar: ¡¿Qué dijo el Maestro?! ¿Escuché bien? ¿Está bien el Maestro o el sol le está afectando? ¿Alimentar a una multitud que podría ascender su número a las diez mil personas? ¿Con qué?
Una situación parecida debió afrontar Moisés cuando el pueblo que estaba en el desierto le pidió carne, Dios le dijo que les daría y no un día ni dos sino hasta un mes y Moisés le pregunta a Dios: ¿Con qué les vas a dar de comer? ¡Estamos en el desierto! ¡Además son una multitud! ¿Cuántas ovejas o bueyes tendríamos que matar? ¿Alcanzarían los peces del mar para darles de comer? ¡Seamos realistas Dios! (Números 11, paráfrasis mías)
Dios le contesta sencillamente: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? ¿Acaso mi poder a disminuido?
Moisés aprendió la lección de no dudar en el poder de Dios, los discípulos aprendieron eso y mucho más, aprendieron que el Señor solo necesita disposición, corazones dispuestos a trabajar aunque el trabajo sea mucho y la materia prima no esté o sea escasa.
¿Escuchaste la voz de Dios decirte: “Hacélo vos”, y el trabajo era abrumador? ¿Te sentiste alguna vez como que lo que tenés no alcanza? ¿Qué es demasiado poco? ¿Surgieron esas preguntas en tu interior que decían: Qué me está pidiendo Dios? ¿Surgieron esos pensamientos de decir: Yo no puedo?
Jesucristo sigue diciéndole a sus discípulos hoy: “Denles ustedes de comer” aunque la comida sea poca, solo necesita tu disposición, él se encargará de multiplicar porque su mano no se ha acortado ni nunca lo hará. ¿Responderás al desafío?
por Ricardo Oliva para generacionplus.com
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1 comentario:
¡nooo! había escrito algo y se me colgó esta bendita internet... bue... voy de nuevo.
Sin ponernos de acuerdo creo que este devocional ¡llega en un momento oportuno! ¡Gracias Ricky!
Te cuento... la cosa es que hace unas semanas nos llegó una propuesta del consejo pastoral de la ciudad para organizar una movida de jóvenes para Septiembre. Asi que fuimos a las primeras reuniones para organizar esto. La idea es que los grupos de jóvenes de las iglesias de Neuquén trabajemos juntos para impactar nuestra ciudad con el mensaje de Jesús. Ahora... fue un tanto decepcionante que sean tan pocos (considerando que en Neuquén hay muchas iglesias) los que hayan ido a estas primeras reuniones. La cuestión es que el proyecto no es para nada chiquito... pero creo que Dios está detrás de todo para que como los discipulos conocieron Su poder obrando de una forma deslumbrante, nosotros tambien lo hagamos y dependamos de Él en vez de las fuerzas que podamos sumar entre todos.
El proyecto sin Dios es imposible... pero estoy seguro que es el deseo de Él que trabajemos y hagamos todo lo que este a nuestro alcance. ¡Él va a hacer el resto! Después de todo... ¡es Su interés que más personas lo conozcan y encuentren sentido de vivir en Él!
Oremos por esta movida y cuando llegue el momento de sumar... sumemos para Dios.
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